Alejandría

Recién llegado al poder, una de las primeras acciones del joven Alejandro Magno fue la destrucción de la ciudad de Tebas (Grecia) de la que sólo dejó la fortaleza de Cadmea en el año 335 a.C. La tradición dice que Alejandró utilizó el intento de sublevación de Tebas para dar ejemplo a las otras ciudades griegas de la suerte que correría todo aquel que desafiara su poder. Nectanebo II fue el último faraón de la dinastía XXX de Egipto, la última dinastía de reyes egipcios indígenas, gobernando de 359 a 343 a.C, entonces Egipto fue sometido una vez más por el Imperio persa hasta que, una década más tarde, en el 332 a.C, Alejandro Magno conquistó Egipto pacíficamente. En el templo de Luxor existe un relieve de Alejandro Magno ante Amón-Ra y es que la tradición cuenta que Alejandro Magno, después de conquistar Egipto, hizo una peregrinación al oráculo de Amón, en el oasis de Siwa, buscando que los dioses lo reconocieran como su hijo. Al parecer logró convencer a todos que el oráculo lo había declarado hijo de Amón por analogía de Zeus. El oráculo de Amón en el oasis de Siwa se encuentra a 1.666,6 kilómetros del oráculo de Delfos en el templo de Apolo. Observemos aquí, donde se obtiene una importante clave; el oráculo de Delfos se encuentra a 11.666 kilómetros del oráculo más importante de América, el de Pachacamac. La palabra Pachacamac significa “alma de la tierra, el que anima el mundo” y es un dios que tiene su origen en Huiracocha (también llamado el dios de los báculos o de las varas) que tiene su origen en la cultura Caral. Caral es considerada la ciudad más antigua de América pues no se ha encontrado hasta ahora otro sitio más antiguo, con semejante diversidad de edificios monumentales, con distintas funciones ceremoniales y administrativas. Desde Caral hasta Pachacamac hay 166,6 kilómetros.
La cultura caral se desarrolló entre 3000 a.C y 1800 a.C, es decir, fue contemporánea de otras civilizaciones primigenias como las de Egipto, India, Sumeria y China, pero a diferencia de ellas, que intercambiaron sus logros, se desarrolló en completo aislamiento. Es la más antigua de las civilizaciones prehispánicas, superando en 1.500 años a la civilización olmeca, otro importante foco civilizatorio situado en Mesoamérica. 166,6 kilómetros al norte de Caral se encuentra el observatorio solar Chankillo, el más antiguo de América. Los investigadores apuntan a que en el complejo arqueológico de Chankillo se llevaron a cabo observaciones astronómicas directas entre los años 500 y 200 a.C, siguiendo el movimiento anual del sol. Este observatorio solar se encuentra exactamente a 333.000 metros del templo del Sol de Pachacamac. Sobre estos dos orígenes de civilización en América se mostrarán alineamientos en el próximo capítulo, sigamos por ahora con Alejandro Magno.
Fundó Alejandría en el año 331 a.C, ciudad que acabó tomando el testigo de Atenas como la nueva metrópoli de Occidente. Esta se construyó en sustitución de la ciudad egipcia de Thonis o Heracleion (nombre griego) el principal puerto de Egipto, que actualmente se encuentra bajo las aguas de la bahía de Abu Qir, a 2,5 kilómetros de la costa y aproximadamente a 10 metros de profundidad. Desde Thonis o Heracleion hasta la antigua Tebas, donde se encuentran los Colosos de Memnón hay 666 kilómetros. El lugar más significativo de Alejandría es donde Ptolomeo (general de Alejandro Magno) mandó construir el famoso faro, una pequeña isla que ha sido unida artificialmente a la costa para crear un doble puerto para la ciudad de Alejandría y que se encuentra a 66 millas náuticas de Baltim, el punto extremo septentrional de Egipto tratado en el apartado dedicado a Egipto y que también se encuentra conectado a Tebas. Desde ese lugar donde hoy se encuentra la ciudadela de Qaitbay hasta la Gran Sala Hipóstila de Karnak hay 666,6 kilómetros. La zona de los templos de Karnak y Luxor es lo que conocemos como la Tebas egipcia. Tebas había sucedido a Menfis como capital durante la dinastía XI egipcia, siendo durante unos mil quinientos años la capital del Antiguo Egipto, salvo cortos periodos. Alejandría se convirtió en pocos años en el centro cultural del mundo antiguo, Eratóstenes, hijo de Aglaos, nació en 276 a.C en Cirene, estudió en Alejandría y se hizo cargo de su célebre biblioteca, puesto que ocupó hasta el fin de sus días. A él se le atribuye la invención de la esfera armilar (aunque se habría inventado de manera independiente en la Antigua China), instrumento que sirve para la determinación de la posición de los cuerpos celestes y al que posteriormente se añadieron otras aplicaciones como la navegación. En la bandera portuguesa, la esfera amarilla que envuelve el escudo esquematiza este instrumento astronómico, y nos remite a la época de los descubrimientos marítimos portugueses del siglo XV, tan asociados a las observaciones astronómicas. También está presente en la Torre de Belem, lugar desde donde partieron estas expediciones y del que posteriormente mostraré varios alineamientos. Lo importante de la esfera armilar para lo que nos ocupa aquí es que este instrumento nos introduce en la triangulación, método para calcular las distancias que se remonta a la antigüedad. En el Antiguo Egipto esta técnica ya era conocida a principios del II milenio a.C pues en el problema 57 del papiro Rhind se describe el seqt o seked como la pendiente (hipotenusa) de un triángulo rectángulo, definido como la relación de dos números enteros (catetos). Tales, en el siglo VI a.C, empleó triángulos semejantes para calcular la altura de las pirámides de Egipto, midiendo la longitud de sus sombras y comparándolas con la suya propia. Herón de Alejandría en el siglo I determinó la longitud de una distancia triangulando y utilizó un instrumento que se conoce como el dioptra de Herón. En China, Pei Xiu (224-271), en el quinto de sus seis principios, identificó la medición de los ángulos rectos y agudos para un adecuado trazado de mapas, necesario para establecer con precisión las distancias; mientras que Liu Hui (263) da una versión del cálculo anterior para la medición de las distancias perpendiculares a lugares inaccesibles. Todo este desarrollo que hubo en Alejandría en materia de geografía, geometría, astronomía, etc, tiene continuidad hacia Europa y más tarde hacia América como veremos en apartados posteriores.

Cuando Ptolomeo toma el mando de la recién fundada Alejandría inventó un dios para unir Grecia y Egipto, Serapis. El culto a Serapis, junto con Isis, Horus y Anubis se propagó a lo largo del mundo helenístico, alcanzando también a Roma. A su vez, el ejército romano de Alejandro Severo (quien aparece en algunas monedas frente a una imagen de Serapis) llevó el culto de esta deidad hasta los últimos confines del Imperio. En Cataluña existe una colonia romana fundada junto a una colonia griega llamada Emporion, actualmente Ampurias, tras conseguir primero los indígenas y luego los griegos la ciudadanía romana, se fusionaron en un único municipio denominado a partir de entonces Emporiae. En las ruinas se ha conservado una estatua de Serapis de un templo que hubo allí, este templo se encuentra a 2.666 kilómetros del puerto de Alejandría donde nació Serapis y de donde es patrono. El culto a Serapis se convirtió en uno de los principales de Occidente, conservando popularidad hasta los tiempos de Constantino en el siglo IV con la persecución del paganismo. En el apartado dedicado a Creta y Micenas se ha mencionado que Ampurias se encuentra a 66 millas náuticas del santuario de la Virgen de Montserrat. Si se mide desde la basílica de Montserrat hasta la Sala Hipóstila, en el centro de Karnak, la distancia es de 3.330 kilómetros. Esta no es la única conexión entre Egipto y Montserrat; además de la basílica y el monasterio, en la montaña de Montserrat hay varias ermitas, estas se agrupan en tres regiones o zonas que son nombradas siguiendo la tradición de los eremitas del desierto egipcio (Tebaida, Tabor y Tebas). En apartados posteriores se profundiza respecto a Montserrat.

Por si en aquellos más escépticos pudiera quedar alguna duda sobre la intencionalidad de estos alineamientos entre Alejandría y Tebas, o dicho de otro modo; para dejar claro que esta manera que tiene el Poder de ubicar los lugares clave no es fortuita sino que responde a un orden, voy a analizar el recorrido que hizo el obelisco de Luxor cuando fue situado en la plaza de la Concordia de París en el siglo XIX. Este obelisco se encontraba junto a su gemelo en el templo de Luxor desde el reinado de Ramses II (1290-1224 a.C.) hasta que el 16 de agosto de 1831 un barco con nombre Luxor llegó a la ciudad de Luxor para llevarlo a París. Durante el mes de agosto de 1832 zarpó rumbo a Alejandría, a donde llegó en enero de 1833. Desde el lugar donde estuvo durante siglos el obelisco de Ramses II hasta el puerto de Alejandría hay 666.000 metros y desde ése mismo lugar, donde zarpó el 1 de abril de 1833 el Luxor, acompañado por el remolque Esfinge hasta su destino final en la plaza de la Concordia hay 3.033,3 kilómetros. Bajo esta última línea se encuentra el monte Dikti, donde se encuentra una de las cuevas de Zeus, visto anteriormente.
Pero este tampoco es un dato aislado pues existe otro caso similar. Se trata de la Puerta de Ishtar de Babilonia; los restos de la puerta original fueron descubiertos en Babilonia durante las campañas arqueológicas alemanas de 1902 a 1914 y la mayoría se trasladó a Alemania, donde se reconstruyó la puerta en el Museo de Pérgamo de Berlín en 1930, lugar en el que actualmente se expone. Desde la ubicación original al museo hay 3.333 kms.
En un capítulo posterior se muestra otro traslado de obelisco, en este caso a Roma, donde se alinean con importantes lugares.

La entrada triunfal de Alejandro Magno en Babilonia se produjo a finales de octubre del 331 a.C. La ciudad milenaria de las majestuosas construcciones palaciegas y religiosas lo recibió con júbilo puesto que, al igual que en Egipto, el gobierno persa nunca había sido aceptado. Alejandro Magno conquistó el Imperio aqueménida en un breve espacio de tiempo y murió joven, dejando un extenso imperio parcialmente helenizado sin un heredero. El imperio se puso bajo la autoridad de un regente en la persona de Pérdicas en 323 a.C y los territorios fueron divididos entre los generales de Alejandro, quienes se convirtieron en sátrapas por la Partición de Babilonia. Seleuco fue uno de los generales de Alejandro Magno que a la muerte de este se habían dividido sus dominios. Seleuco fundó Seleucia del Tigris en el año 305 a.C, una de las ciudades más grandes del mundo durante el período helenístico y romano. Se encontraba en Mesopotamia, en la orilla oeste del río Tigris, a 33 millas náuticas del palacio de Babilonia.
En el siglo XX, unos pocos metros al oeste del palacio de Babilonia, Sadam Husein construyó su propio palacio en un montículo artificial que le sirve de base, ubicado de modo que equidista 33 millas náuticas de la mezquita de Alí y de Seleucia del Tigris. En capítulos posteriores veremos más alineamientos realizados por Sadam Husein, como el que se da entre la prisión de Abu Graib (importante escenario de la guerra del golfo, construida por Sadam Husein) y Eridu, de 330 kilómetros y que alinea Sippar.
En el desierto de Siria se encuentra Palmira, que ya existía como un pequeño poblado hasta que griegos y romanos la desarrollaron durante los siguientes siglos. Como vimos anteriormente, entre el palacio de Babilonia y el templo de Bel en Palmira hay 330 millas náuticas, y el palacio de Sadam Husein se encuentra alineado. Allí en Palmira existe un importante cruce de caminos transversales donde los griegos construyeron un Tetrapilos, exactamente a 666,6 millas náuticas de la cima del monte Ida de Creta. Posteriormente se desarrollará el significado de este tipo de construcciones que marcan puntos geográficos.

En el año 140 a.C, los partos conquistaron Seleucia y en el año 129 a.C decidieron ubicar su capital en la orilla oriental del Tigris, justo enfrente de Seleucia, donde se encontraba el suburbio que ya se conocía como Ctesifonte. En el siglo VI los sasánidas construyeron allí la mayor bóveda de ladrillo del mundo, el palacio de Ctesifonte, exactamente a 33,3 millas náuticas de Kish, quedando el zigurat de Kish alineado.

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