Condados Carolingios

El papa Esteban II encontró en Pipino el Breve un protector militar contra los lombardos, consagrándole en el año 754, lo que significó la ruptura entre Roma y el Imperio bizantino. Desde entonces, la historia de la cristiandad latina u occidental va estrechamente unida a la del reino franco, convertido en Imperio carolingio a partir de la coronación de Carlomagno por el Papa el 25 de diciembre del año 800.
En el apartado dedicado al reino de Asturias vimos su expansión hacia Galicia, y que al empezar el siglo IX, Alfonso II construyó la tumba del apóstol Santiago alineada con el punto extremo septentrional de la península ibérica y a 666,6 millas del centro espiritual de París (la abadía de Santa Genoveva). También vimos que el Codex Calixtinus (elaborado por religiosos vinculados a la Orden de Cluny) otorga el hallazgo de la tumba a Carlomagno. Es el momento en el que Luis el Piadoso, hijo de Carlomagno, al frente del gobierno de Aquitania, se le encomienda la defensa de la frontera suroeste del imperio de su padre. Consiguió conquistar Barcelona a los musulmanes en el 801 y organizó la Marca Hispánica. En el año 834 nombró conde de Urgel y Cerdaña a Sunifredo I, quien es cabeza de la dinastía más longeva de la historia española, pues se extinguió por línea agnática casi seis siglos más tarde, en 1410, a la muerte del rey Martín I de Aragón. Uno de sus hijos, Wifredo, sería en el año 878, conde de Barcelona como Wifredo el Velloso (Guifré el Pilós en catalán) siendo el último conde de Barcelona designado por la monarquía franca y el primero que legó sus estados a sus hijos. A partir de entonces, los condados se transmitieron por herencia naciendo así la Casa de Barcelona. Wilfredo es por lo tanto el origen de Catalunya, territorio conformado por ciudades sobre las que se habló en el apartado dedicado a los íberos.
En ese mismo apartado se habló también de los íberos jacetanos cuya capital era Iaca (Jaca) y del alineamiento de 66 millas entre esta y la íbera Salduie, actual Zaragoza. Formando parte también de la Marca Hispánica carolingia, se creó el condado de Aragón, que fue desprendiéndose del poder franco y acercándose al núcleo de gobernantes de Pamplona. El condado aragonés se constituyó en torno al monasterio de San Pedro de Siresa construido hacia el año 820, sin embargo, excavaciones realizadas en 1991 demostraron que existió en ese mismo lugar un monasterio visigótico. Desde el monasterio de Siresa hasta la basílica del Pilar de Zaragoza, ciudad que no sería tomada a los musulmanes hasta 1118, hay 66 millas náuticas.
Pamplona y Aragón estuvieron unidos hasta el año 1035, año en que, a la muerte de Sancho III el Mayor, este dio el condado de Aragón a su hijo Ramiro, quien acabaría consiguiendo independizarse del vasallaje 'de iure' que debía prestar a su hermano García Sánchez III de Pamplona y estableciendo, al sucederle su hijo Sancho Ramírez, el reino de Aragón. Entonces se formó una capital para el reino de Aragón en Jaca (la antigua capital de los jacetanos) a 66 millas de Zaragoza, como vimos en el apartado dedicado a los íberos. Jaca se incorporó entonces al Camino de Santiago que poco a poco iba creciendo en importancia. En el año 1096, la recién conquistada Huesca pasó a ser la capital del reino de Aragón. Huesca es la Bolskan íbera (vista en ese apartado) que se encuentra a 66,6 kilómetros de la basílica del Pilar. Zaragoza no se conquistó hasta 1118, cuando pasó a ser la capital del reino.
Gracias a un documento del año 1014 de Sancho III el Mayor tenemos el primer dato sobre la ciudad de San Sebastián, según el cual, el monasterio de San Sebastián se pone en manos del obispo de Pamplona, capital de Navarra. San Sebastián fue fundada hacia 1180 por Sancho VI rey de Navarra, para ser puerto marítimo de Navarra y para estar conectada a la catedral de Santiago de Compostela mediante 333 millas. Además, e igual que sucede en otras muchas ciudades, con el ensanche de San Sebastián del siglo XIX se ha conseguido conectar a Pamplona ya que desde la catedral de Pamplona hasta la catedral de San Sebastián hay 33,3 millas náuticas. La primera piedra de la catedral de San Sebastián fue colocada en 1888 y la ceremonia fue suscrita por el rey niño Alfonso XIII, de dos años y cuatro meses de edad, para lo que su madre le hubo de llevar la mano, siendo la primera vez en que el monarca estampara su firma en un documento oficial. El lugar elegido, además de conectarse a Pamplona, sigue guardando la pauta numerológica respecto a la catedral de Santiago ya que distan 333,3 millas.
Como se puede ver, los lugares fundacionales de los condados de la Marca Hispánica se encuentran bajo esta geometría numerológica, lo mismo sucede con las principales ciudades de Catalunya, territorio que acabó integrándose en la Corona de Aragón.

Wilfredo el Velloso también hizo una gran labor de reordenación del territorio; la región central del Ripollés, Plana de Vic, Llusanés y las Guilleries, configuraban un territorio tradicionalmente estructurado alrededor de la ciudad de Ausona (actual Vic) con una tradición étnica propia, era el antiguo país de los ausetanos, con capital en Ausa. Por esto, Wilfredo creó un distrito propio, el condado de Osona manteniendo su capital en Vic. Como vimos en el apartado dedicado a los íberos, si se hace una línea del centro de Vic hasta el foro de la colonia de Tarraco (ciudad que en este momento está en manos de los musulmanes) la distancia es 66,6 millas náuticas y el monasterio de Montserrat queda alineado. No fue hasta el año 960, cuando el conde de Barcelona Borrell II, bisnieto de Wilfredo el velloso, conquistó Tarragona. 
En el 880, dos años después de ser investido Wilfredo, se inicia la devoción a la virgen de Montserrat, una de las vírgenes negras más conocidas y actualmente patrona de Catalunya. Según cuenta la leyenda, la imagen fue encontrada por unos niños pastores que vieron descender del cielo una gran luz, acompañada por una bella melodía, que se posaba a media altura de la montaña, en una cueva. Este acontecimiento se materializó en cuatro primeras ermitas en el siglo IX: Santa María, San Acisclo, San Pedro y San Martín, pero la montaña de Montserrat ya era un centro espiritual ancestral.
El benedictino abad Oliba, también bisnieto del conde Wifredo el Velloso, convirtió la ermita de Santa María en el monasterio de Montserrat. El Abad Oliba es considerado el padre espiritual de Cataluña, su padre Oliba Cabreta se retiró al monasterio de Montecassino, visto en el apartado dedicado a los apóstoles europeos. A lo largo de la cronología serán muchas las ocasiones en las que se mostrarán alineamientos que se dan desde Montserrat. Lo mismo sucede con Montecassino ya que este lugar se convirtió en un campo de batalla durante la segunda guerra mundial provocando alineamientos que serán expuestos en el apartado dedicado a las guerras napoleónicas y guerras mundiales.

Conforme se acercaba el año 1000, parte de la cristiandad creía que el apocalipsis era inminente, en el año 967 un francés llamado Gerberto de Aurillac llegó al monasterio de Santa María de Ripoll, donde permaneció dos años en la corte del conde Borrell II de Barcelona, y se sabe que estuvo también en Girona. Esta estancia en la península ibérica le permitió entrar en contacto con la ciencia árabe e iniciarse en el estudio de las matemáticas y la astronomía. Fueron varios los extraños aparatos que construyó relacionados con estos conocimientos de modo que fue apodado el papa mago. En aquellos días la escuela cabalística de Girona estaba en su apogeo así que seguramente Gerberto estuvo en contacto con los cabalistas. En el año 969 Gerberto viajó a Roma acompañando, en una peregrinación, a su protector el conde de Barcelona Borrell II, lo que le permitió conocer al entonces papa Juan XIII y al emperador Otón I (primer representante del Sacro Imperio Romano Germánico), quien le nombró tutor de su hijo, el futuro Otón II.
En 983, el emperador Otón II nombró a Gerberto abad del monasterio benedictino de Bobbio (fundado por San Columbano, visto en un apartado anterior). Tras la muerte de Gregorio V, el 18 de febrero de 999, Gerberto de Aurillac fue nombrado papa (primer papa francés) y consagrado el 2 de abril con el nombre de Silvestre II como homenaje a Silvestre I, papa en tiempos del emperador Constantino I, quien consolidó la práctica del cristianismo en el imperio romano.
La primera de las grandes figuras de la historia de la Iglesia española es el mártir Sant Fruitós (Fructuoso), obispo de la primera ciudad de la España citerior, Tarragona. Fruitós fue quemado en una hoguera en el anfiteatro de Tarragona y allí, posteriormente se construyó una iglesia paleocristiana dedicada a él. Durante el pontificado de casi cuatro años de Silvestre II aparece mencionado por primera vez el pueblo de Sant Fruitós de Bages, cerca de Manresa, en la provincia de Barcelona. Este lugar es uno de los dos lugares donde se trasladaron las reliquias de Sant Fruitós, el otro es San Fruttuoso di Capodimonte, en Italia, a 660 kilómetros de Sant Fruitós de Bages.
A finales del siglo XI una familia aparece repentinamente en la historia como una gran potencia local en Liguria, la familia Doria, cuyo panteón se encuentra en el monasterio de San Fruttuoso di Capodimonte. Una de las primeras figuras de esta familia fue Simón Doria, vivió a finales del siglo XII y fue almirante de los genoveses en el asalto de los cruzados contra San Juan de Acre. El clan Doria ayudó a financiar las navegaciones portuguesas y españolas a finales del siglo XV y XVI. Francesco Doria, un banquero de Sevilla, financió las expediciones de Cristóbal Colón, y su hijo Aleramo Doria fue banquero del rey Juan III de Portugal hasta 1556 y la hija de Aleramo, Clemenza Doria, fue una de los primeros pobladores de la colonización de Brasil del siglo XVI. Se hablará de todo esto en los siguientes capítulos cuando se muestran los alineamientos de los templarios en Portugal.
A 33 millas de San Fruttuoso di Capodimonte, en el pueblo de Bobbio, San Francisco de Asís fundó un monasterio en el siglo XII, en unos terrenos donados por los monjes de San Columbano del monasterio de Bobbio. Y en los años 50 del siglo XX, en la coordenada 44.314038 , 9.174979 de la costa de San Fruttuoso di Capodimonte se sumergió una escultura llamada ‘El Cristo del Abismo’, ubicada a 33 millas de la abadía de Bobbio. Existe otro Cristo del abismo en Cayo Largo, Florida, donado por Egidio Cressi, un fabricante italiano de equipos de buceo. Esta estatua de bronce también se ubicó a 6,6 millas de la costa, en el Parque Estatal John Pennekamp, el primer parque submarino de Estados Unidos. La región italiana de Liguria recibe su nombre del pueblo ligur, que habitó el área de la actual región de Liguria, y también toda la llanura del Piamonte y la mitad occidental de la región de Lombardía, al menos desde finales del segundo milenio a.C hasta que, después de un tiempo de mezclarse con los celtas se disolvió entre las potencias con las que entró en contacto, como Roma, Cartago, Grecia y Fenicia. La ciudad donde más presencia hubo de celta-ligures es Turín. El pueblo ligur, del cual ni siquiera se sabe si se trata de un pueblo preindoeuropeo o no indoeuropeo, fue utilizado por varias potencias como Cartago y Siracusa, que fueron a Liguria a reclutar ejércitos para sus expediciones, por ejemplo, las tropas de élite de Aníbal estuvieron formadas por un contingente de mercenarios ligures. Con los ligures sucede lo mismo que con los íberos y los celtas, entre otros pueblos bárbaros; con la llegada del nuevo orden civilizador desaparece de la historia casi por completo, el orden preexistente. La definición de bárbaro es todo pueblo que no pertenece al Imperio Romano, en especial los germanos, sin embargo, el concepto existe en cualquier imperio, por ejemplo, los sumerios veían a los amorreos como bárbaros. Esta definición de Oxford Languages, ofrecida por el buscador de Google, va acompañada, aunque no dice el autor, de una cita que dice así; "más allá de donde alcanza el poder de Roma está el mundo caótico, desordenado y tiránico de los bárbaros", y efectivamente, como se está mostrando desde la primera parte de la exposición, todos los imperios realizan la labor de poner orden en el caos, eso representa Inanna, mostrando la vara y el aro en cada mano y pisando los leones, como símbolo de ordenación de la naturaleza caótica y salvaje. Eso mismo representan Hércules, Gilgamesh, Rostam, Melkart y un largo etcétera de héroes civilizadores. Vimos que en Egipto, el dios de la ciudad de Heracleópolis Magna era Heryshaf, o Hershef, el Heracles griego, vimos que Tiro estaba consagrada a Melkart y que Micenas era la cuna de Heracles, y que estas tres ciudades forman un triángulo isósceles numerológico. Todos tienen en común un viaje de ida y vuelta al inframundo. Melkart, la forma fenicia del dios Baal, quien, según la mitología, tras ser derrotado por Mot (la muerte), aceptó descender al inframundo para morir a cambio de que hubiera fertilidad en el mundo, siendo luego rescatado y resucitado por Anat. Sug-e Siyawash (el luto por Siyawash), de la mitología persa, conmemora la muerte o el destierro al inframundo de Siyawash, que fue educado por Rostam. Siyawash también está relacionado con el crecimiento de las plantas y los ritos de fertilidad. En su camino de regreso a Micenas desde Iberia, habiendo obtenido el ganado de Gerión como su décimo trabajo, Heracles llegó a Liguria, donde se enfrentó a dos gigantes, Albion y Bergion o Dercynus. Los oponentes eran fuertes; Hércules estaba en una posición difícil, por lo que rezó a su padre Zeus para que lo ayudara. Con la égida de Zeus, Heracles ganó la batalla y fue esta posición arrodillada de Heracles, cuando oró a su padre Zeus, lo que le dio el nombre de "Engonasin", que significa "de rodillas". Esta es, según Dionisio de Halicarnaso, la explicación de que la constelación Hércules tenga la forma que tiene, es decir, arrodillado. Los sumerios agruparon las estrellas de forma que a Enlil, la principal deidad del panteón sumerio, le corresponden 33. Dos de ellas son "los dioses sentados" y "los dioses de pie". Según argumenta Gavin White en su libro 'Historia de las Estrellas Babilónicas', la constelación griega de Hércules es una versión distorsionada de las constelaciones "los dioses de pie" y "los dioses sentados". White argumenta que esta figura era representada como un hombre con el cuerpo de una serpiente en lugar de piernas. El elemento serpiente, posteriormente está representado en el mapa estelar griego, por la figura de Draco que Hércules aplasta bajo sus pies. Como vimos en el apartado dedicado a 'Fenicia, Cartago, Grecia y Roma', Draco era el monstruo llamado Ladón, un dragón de cien cabezas (cada una de las cuales hablaba una lengua diferente), que custodiaba las manzanas de oro, el undécimo trabajo de Hércules en el jardín de las Hespérides.
La región de Liguria consta de cuatro subdivisiones (Génova, Spezia, Imperia y Savona) siendo Génova la capital. El puerto histórico, en el centro de Génova, se encuentra a 33,3 millas del centro de Finale Ligure, donde se encuentra la iglesia de San Juan Bautista. La plaza Dante, fundación de la ciudad de Imperia, capital de una de las cuatro subdivisiones, se encuentra a 33 millas del centro de Mónaco. Está atestiguado que Mónaco fue un asentamiento ligur, y que los fenicios construyeron allí un templo a Melkart, durante toda la antigüedad, el puerto de Mónaco fue asociado a Heracles​ bajo el nombre, o advocación, de Héraklès Monoïkos (Ἡρακλῆς Μόνοικος), es decir; «Heracles, el solitario» o «Heracles, el del templo único». Los focenses de Marsella fundaron, durante el s. VI a.C y en el mismo lugar, la colonia de Monoikos, la cual fue llamada Portus Herculis Monæci por los romanos que conquistaron la región en el s. I a.C. El palacio de los Príncipes de Mónaco, además de encontrarse a 6,6 millas náuticas del castillo del puerto de la vecina Niza (torre Bellanda), se encuentra a 66 millas de Savona, capital de otra de las cuatro subdivisiones. Savona y Génova se conectan a Turín, la primera a 66 millas, la segunda a 66 millas náuticas y las dos lo hacen desde sus respectivos centros hasta la plaza Castello de Turín, corazón del centro histórico de la ciudad. Como se mencionó en el apartado dedicado a la Galia, Turín se encuentra a 66 millas de la cima del Montblanc, punto extremo de mayor altitud de Europa, en un punto de la frontera entre Francia e Italia. Turín volverá a salir varias veces a lo largo de la cronología, así como Génova y el Cristo del Abismo. Volviendo a la ciudad de Finale Ligure, cuyo significado etimológico es "en la frontera", ya que marcaba el límite entre dos de las principales tribus ligures: los Sabatii en el este y los Intemelii en el oeste. El centro de Finale Ligure, además de estar conectado a Génova, le pasa como a ésta, que también está conectado al monasterio de Bobbio; desde Finale Ligure hasta el monasterio hay 66 millas y desde Génova hasta el monasterio, como vimos en el apartado dedicado a los apóstoles europeos, hay 33 millas. Por lo tanto, estas tres localizaciones crean un triángulo isósceles numerológico, no es el primero que surge ni tampoco será el último. El monasterio de Bobbio, como vimos, fue fundado por San Columbano, el monje irlandés, y como se ha dicho unos párrafos atrás, Gerberto de Aurillac, fue nombrado abad de Bobbio pocos años antes de convertirse en el Papa Silvestre II y con la ayuda de los numerosos tratados antiguos que encontró allí compuso su célebre obra sobre geometría.

Silvestre II otorgó el título de rey a los soberanos cristianos de Hungría, coronando a Esteban I de Hungría. Esteban, el primer rey de Hungría, había nacido en Székesfehérvár, y era hijo de Geza, el Gran Príncipe de los Húngaros. Geza fue el primer monarca húngaro en apoyar a los misioneros cristianos de Europa occidental y llegó a ser bautizado. Suya es la fundación de la ciudad de Székesfehérvár aunque ya existía en el lugar un fuerte romano, de hecho esas tierras habían sido los límites del imperio romano varios siglos antes. Su hijo Esteban construyó una basílica en el centro de Székesfehérvár, la primera capital de Hungría en el momento de la coronación, se llamó Basílica de la Asunción de la Santísima Virgen María, actualmente está en ruinas y sólo quedan los cimientos. Fue el lugar más significativo del Reino de Hungría en la Edad Media ya que contenía las joyas de la corona, incluido el trono, la Santa Corona de Hungría, el tesoro y los archivos. 37 reyes y 39 reinas fueron coronados en esta basílica y 15 fueron enterrados en ella. Desde este lugar hasta las ruinas de la ciudad romana de Aquincum hay 33 millas náuticas. Aquincum fue edificada sobre un poblado celta.
Este asentamiento llamado Aquincum pasó a llamarse Óbuda o Buda actualmente, muchos siglos más tarde, en el siglo XIX, Buda se juntó con Pest, otra ciudad al otro lado del río y nació Budapest, actual capital de Hungría. Esteban I estableció un arzobispado, seis obispados y tres monasterios benedictinos y de esta manera la Iglesia católica en Hungría se desarrolló con independencia de los arzobispos del Sacro Imperio.

En el centro de Europa los Hohenzollern, familia que acabaría siendo muy poderosa años más tarde y de la que hablaremos más adelante por su relación con la órden Teutónica y la creación de Alemania, construye el castillo Hohenzollern en el siglo XI, exactamente a 66 millas del centro fundacional de Stuttgart.

Gregorio VII nació como Hildebrando en la Toscana, con 25 años fue nombrado secretario del papa Gregorio VI. En 1046, al fallecer Gregorio VI, Hildebrando ingresa como monje en el monasterio benedictino de Cluny, donde adquirirá las ideas reformistas que regirán el resto de su vida y que le harán encabezar la conocida reforma gregoriana. Cluny estaba sometida directamente al poder papal sin embargo, en estos tiempos el poder papal aún no es del todo decidido por el seno de la Iglesia sino que aún tienen mucha influencia en la elección del obispo de Roma, las familias de nobles. Parte de la reforma gregoriana está concebida para acabar con este problema.
En el año 1049 Gregorio VII es requerido por el papa León IX para actuar como Legado Pontificio, lo que le permitirá conocer los centros de poder de Europa. Durante estos últimos siglos el poder de la santa sede pasa de mano en mano de una manera escandalosa, las facciones de condes y príncipes, auténticos clanes nobiliarios, conseguían sentar en lo más alto de la jerarquía de la Iglesia a quien asegurase sus planes. Durante siglo y medio desfilaron cerca de cuarenta papas y antipapas, muchos de los cuales tuvieron pontificados efímeros o sufrieron una muerte violenta, sin dejar apenas memoria. El cesaropapismo, que había sido inaugurado por la práctica política de Carlomagno, tendrá que ceder definitivamente ante el peso de la hierocracia de Gregorio VII, que expresa sus ideas sobre cuál ha de ser el papel del pontífice en su relación con los poderes temporales, especialmente con el emperador del Sacro Imperio. Estas ideas pueden resumirse en tres puntos; el Papa es señor absoluto de la Iglesia, estando por encima de los fieles, los clérigos y los obispos, pero también de las Iglesias locales, regionales y nacionales, y por encima también de los concilios. Segundo; el Papa es señor supremo del mundo, todos le deben sometimiento, incluidos los príncipes, los reyes y el propio emperador. Y tercero; la Iglesia romana no erró ni errará jamás. Estas pretensiones papales llevaban claramente a un enfrentamiento con el emperador alemán en la disputa conocida como «Querella de las Investiduras». La abadía de Fontfroide, se fundó en el año 1093, a 6,66 millas de la Catedral de Narbona, donde se encontraba su arquidiócesis. Se fundó como benedictina pero cambió a cisterciense en 1145. La órden cisterciense retomó el impulso iniciado por la abadía de Cluny en reformar la red de monasterios y su relación con la sociedad civil así como con la monarquía. Fueron los monjes de Fontfreda los que fundaron el monasterio de Poblet cinco años después, uno de los centros de poder de la recién creada corona de Aragón. El lugar fue donado por Ramón Berenguer IV conde de Barcelona, que había contraído matrimonio con la hija del rey Ramiro II de Aragón, Petronila, de tan solo un año de edad en ese momento, dando origen a la Corona de Aragón. Al situar el monasterio de Poblet de esta forma se puso a 660 millas del monasterio de Montecassino fundado por San Benito que, como vimos anteriormente, a su vez se encuentra a 66 millas náuticas de la catedral de San Pedro del Vaticano. El monasterio de Poblet nos acompañará a lo largo del resto de la cronología pues son muchos y muy significativos los alineamientos que se dan en este importante lugar. El nacimiento de la Corona de Aragón simbolizado en el monasterio de Poblet nos ofrece la posibilidad de seguir estudiando las analogías que se dan en esta red de alineamientos numerológicos ya que el monasterio de Poblet, que es también el panteón real de la Corona de Aragón, dista de Montserrat, centro espiritual de Catalunya, 66 kilómetros. Dista 166,6 (mitad de 333) kilómetros de la basílica del Pilar, centro espiritual del reino de Aragón. Dista 33.000 metros del anfiteatro de Tarragona, ciudad capital de la provincia donde se encuentra, y donde se construyó la iglesia dedicada a San Fructuoso en el lugar de su martirio, considerado el primero de España del que hay constancia documental. Pero hay mucho más sobre el monasterio de Poblet, lo veremos en los próximos apartados.

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