En varios apartados de este capítulo hemos seguido la historia del pueblo hebreo hasta que Moisés lo libera de la esclavitud de Egipto y Josué conquista, a los cananeos, la tierra prometida. Después de este período, una monarquía israelita unificada fue establecida bajo el rey Saúl y fue conocida como Reino de Israel. Tras la muerte de Salomón en 928 a.C,​ se produjo la división del territorio israelita, emergiendo entonces los reinos de Israel, compuesto por diez de las tribus israelitas, y Judá, compuesto por las tribus de Judá y Benjamín.​ El primero, emplazado en la sección norte del territorio, continuó llamándose Reino de Israel y su capital fue Samaria, que existía desde tiempos de Canaán. A 33 millas del centro de Samaria se encuentra el centro de Jericó, una de las ciudades más antiguas del mundo. Al segundo, que constituía la sección sur del territorio, se lo denominó Reino de Judá, sus capitales fueron Jerusalén y Beerseba. Laquis fue una de las ciudades más importantes y a 33.300 metros de allí, en Beerseba, se encuentra el monumento a la brigada Negev. Por el tipo de alineamientos que conforma, relacionados con las instalaciones militares modernas, Laquis será tratada mucho más adelante.

El reino de Israel fue derrotado por los asirios en el 722 a.C; el reino de Judá fue invadido por los babilonios y condujo a gran parte de sus habitantes al exilio en el 586 a.C. Los judíos en Babilonia nunca perdieron la esperanza de volver a Jerusalén, varias décadas más tarde, en el año 538 a.C, se les permitió regresar a Israel, debido al decreto de Ciro el Grande, el gobernante del Imperio persa que había conquistado la región y concedió a los judíos el derecho de adorar a su Dios en Jerusalén, en una cierta forma de autonomía. En el año 333 a.C, Alejandro Magno derrotó a Persia y conquistó Judea, durante este tiempo las corrientes del judaísmo fueron influenciadas por la filosofía helenística, y lo ocurrido desde el siglo III a.C, en particular, la diáspora judía en Alejandría, que culminó en la compilación de la Septuaginta.
Un deterioro de las relaciones entre los Judíos helenicos y Judíos religiosos llevó al rey seléucida Antíoco IV Epífanes a imponer decretos que prohibían determinados ritos religiosos y tradiciones judías. En consecuencia, los judíos ortodoxos se rebelaron bajo el liderazgo de los Macabeos. La subsiguiente revuelta macabea, en el 167 a.C, comenzó potenciada por la caída constante del imperio seléucida bajo ataques de las potencias emergentes de la República Romana y el Imperio Parto. Los Macabeos levantaron al pueblo y consiguieron la independencia, restableciendo los servicios tradicionales judíos en el Templo. En el 142 a.C, Simón Macabeo ascendió al poder y gobernó hasta el año 135 a.C, cuando fue asesinado. El reino continuó bajo la supervisión del gobernador romano de Siria y tras un breve resurgimiento macabeo, respaldado por el Imperio Parto, este intento fue aplastado rápidamente por los romanos bajo Marco Antonio y Octavio. La instalación de Herodes el Grande como Rey de Israel como un rey judío títere en el 37 a.C, puso fin a la dinastía de los Macabeos.

Herodes el Grande, llamado también el Constructor renovó y amplió el Templo de Jerusalén, el lugar más sagrado del judaísmo, y construyó un palacio y fortaleza en un gran montículo que también ha sido su lugar de sepultura, el Herodión. Desde el Herodión hasta el templo de Jerusalén hay 6,66 millas náuticas. Herodes también construyó, en una montaña aislada en la región oriental del desierto de Judea, la fortaleza y palacio de Masada. En la actualidad, Masada es un importante destino arqueoturístico, a la vez que posee una gran carga simbólica para el nacionalismo judío, como uno de los postreros episodios de afirmación y resistencia nacional antes de la definitiva diáspora. Masada, además de reunir las condiciones necesarias para lo que se pretendía hacer allí se encuentra a 33 millas de Givat Ram, un lugar en el centro de Jerusalén, donde históricamente se han reunido los gremios y hoy lo ocupa el Parlamento de Israel (Knesset), la Corte Suprema de Israel y el parque tecnológico del país así como varios edificios gubernamentales. En un apartado anterior vimos que Givat Ram se encuentra a 666 millas náuticas de Susa y en varios capítulos posteriores se volverá a hablar de Givat Ram. El Herodión se encuentra alineado entre Masada y Givat Ram. Posteriormente, cuando la cronología llegue a la modernidad, mostraré varios alineamientos que se dan en este importante lugar, el monte de los gremios, en el corazón de Israel. Masada además, se encuentra a 666 millas náuticas de la cima del monte Ararat, como Antalya, como Harran, como Hebrón, como Ecbatana y como Naqsh e Rostam, en Persépolis. También hemos visto, alineados con el mausoleo de Noé, lugares como la propia Persépolis o Bagdad. Es posible señalar otro alineamiento, el que se da entre el mausoleo de Noé en Najicheván (Azerbaiyán) y el Cementerio Militar Británico de Jerusalén, también de esa misma medida, 666 millas náuticas.

Judea bajo dominio romano fue al principio un reino judío títere independiente, con cada vez menos influencia hebrea, hasta que se gobernó directamente bajo la administración romana (y fue rebautizada como la provincia de Judea). En el año 66, los judíos comenzaron a rebelarse contra los gobernantes romanos. La revuelta fue derrotada por los emperadores romanos Vespasiano y Tito. Destruyeron gran parte del Templo de Jerusalén y, según algunos relatos, robaron artefactos del templo, como la Menorá. Grandes batallas se lucharon en Masada y en Gamla. Gamla fue la capital del distrito de los Altos del Golán, establecido por la dinastía de los Asmoneos (macabeos). Este lugar se encuentra a 66.000 metros de Tiro.

Los historiadores consideran que la fortaleza de Masada fue construida por Herodes. La distancia entre Masada y el santuario del monte Nebo, visto en el apartado dedicado a Abraham y a Moisés, es de 33 millas náuticas. Masada también se encuentra alineada con la Tumba de los Patriarcas, el primer lugar que compró Abraham estableciendo un pacto local. La distancia es de 33 kilómetros. Como vimos anteriormente la Tumba de los Patriarcas se encuentra a 666 millas náuticas del monte Ararat.
Por otra parte, si se observa la línea realizada anteriormente desde la Tumba de los Patriarcas hasta Trípoli la línea pasa por el 9/11 Living Memorial Plaza, el monte del Descanso (el principal cementerio de Jerusalén), la antigua capital Siquem y el monte Tabor (ombligo) o monte de la Transfiguración para los cristianos.
Como vimos anteriormente, la cima del monte Tabor se encuentra a 66 millas del santuario del monte Nebo. Si se mide desde el monte Nebo hasta Masada la distancia es de 33 millas náuticas.
Otro importantísimo lugar para judíos, cristianos y musulmanes es donde Moisés vio la zarza ardiente que dista 333,3 kilómetros de Masada. En la actualidad, allí se encuentra el monasterio de Santa Catalina. Si se mide desde el templo de Luxor de Tebas (donde se encontraba el centro de poder del faraón que gobernaba en tiempos de los hicsos expulsados de Egipto) y Masada, la distancia es de 365,25 millas náuticas y esta línea une además, el monasterio de Santa Catalina (la zarza ardiente) y el punto más alto del Sinaí, que a su vez es el punto más alto de Egipto, que como vimos también está conectado al Valle de los Reyes, a 333 kilómetros.

El portal de Belén, en realidad una cueva, es donde tradicionalmente se cree que nació Jesús de Nazaret y sobre el lugar, por orden del emperador romano Constantino I, se construyó una basílica en el siglo IV. El lugar se encuentra a 3,33 millas de la cima del Herodión. Es inevitable relacionar la cueva de Belén con Herodes y el pasaje descrito en sólo uno de los cuatro evangelios canónicos, el de la matanza de los inocentes, donde Herodes es engañado por los magos de oriente y ante el terror de perder el poder decide sacrificar a los recién nacidos con la esperanza de encontrar a Jesús, quién es llevado a Egipto gracias a que su padre es avisado por un ángel. El Herodión se construyó entre los años 23 y 20 a.C y Herodes supo hacer que su tumba no fuera encontrada hasta casi dos mil años más tarde, en 2007. La colina que eligió tiene la particularidad de alinearse con importantes lugares que también forman la cosmogonía de las gentes de este territorio, y con la expansión de estas religiones actualmente son varios miles de millones las personas que mantienen viva esta tradición. Esto suscita preguntas de muy diversas índoles, si la colina donde se sitúa el Herodión es natural ¿por qué la naturaleza ha creado un lugar tan peculiar que al mismo tiempo reúne estas características numerológicas estando conectado a otros lugares también muy significativos? ¿Si el lugar es artificial, por qué motivo Herodes buscó enterrarse bajo esta geometría y cómo realizó los cálculos para cuadrar todos los alineamientos? A la hora de pensar sobre estas ideas, téngase en cuenta que cada uno de los lugares a los que está conectado el Herodión tiene su historia propia y su motivo de estar donde está y que a su vez se encuentra conectado a otros lugares.